La seguridad de las aplicaciones es una problemática cada día más vigente. En tiempos donde gran parte de lo que hacemos transcurre en nuestro teléfono móvil, las amenazas de robo de datos son cada vez mayores. Por eso, mejorar la seguridad de las aplicaciones es imprescindible.
La seguridad de las aplicaciones es importante tanto para los usuarios como para las empresas. Para los primeros, porque garantiza la seguridad de su información personal; para los segundos, porque la reputación y el éxito de su negocio dependen directamente de la satisfacción de sus usuarios.
En este artículo te contamos cuáles son las principales amenazas para una aplicación móvil que afectan hoy la ciberseguridad y qué medidas tomar para garantizarla.
¿Qué es la seguridad en las aplicaciones?
Cuando hablamos de la seguridad de las aplicaciones, nos referimos a las medidas de protección que, a nivel aplicación, se implementan para impedir el robo y/o secuestro de datos o códigos dentro de la app.
Estas medidas deben considerarse desde el momento del diseño y desarrollo de la aplicación y extenderse hasta los sistemas y enfoques de protección que se implementan después de su distribución. Complementariamente, también suelen implementarse rutinas de seguridad que incluyen protocolos del tipo de pruebas periódicas.
La seguridad de una aplicación puede incluir software, hardware y procedimientos capaces de identificar y minimizar posibles vulneraciones. Todas estas acciones tienen por objetivo evitar que la seguridad de la app sea quebrada como sucede, por ejemplo, cuando se producen accesos no autorizados.
¿Cuáles son las amenazas de una aplicación?
Estas fueron las amenazas para apps más frecuentes en 2021 según OWASP (Open Web Application Security Project):
- Control de acceso dañado: el control de acceso determina las acciones que el usuario puede realizar en una app. Cuando este se daña, cualquier usuario puede realizar cualquier acción. Por ejemplo, ver y editar la información de otros usuarios, ingresar a la aplicación sin necesidad de iniciar sesión o manipular metadatos.
- Fallos criptográficos: estos controles son los que protegen la confidencialidad de los datos mediante el cifrado y autentificación de mensajes. De esta forma, se garantiza la protección de la integridad de información sensible que transmitimos y/o almacenamos. Cuando estos fallan, la información queda expuesta.
- Inyección: esto sucede cuando una app falla al autenticar los datos que recibe de un usuario. En consecuencia, estos datos recibidos pueden afectar y modificar el funcionamiento de la app y dar a un usuario no autorizado acceso a la información de terceros.
- Diseño inseguro: el diseño de una app puede tener distintos niveles de seguridad. Para que sea segura, debe contar con un código robusto y previamente testeado que prevenga posibles ataques y amenazas de una aplicación móvil. Caso contrario, cualquier hacker puede aprovechar estas vulnerabilidades y atacar.
- Configuración de seguridad errónea: ocurre cuando se define e implementa con valores predeterminados en lugar de hacerlo considerando la app, el servidor web, la base de datos y la plataforma. Un ejemplo de ello es cuando la app incluye software desactualizado o vulnerable.
- Componentes vulnerables y obsoletos.
- Fallos de identificación y autentificación.
- Fallos de integridad de datos y software.
- Fallos de seguimiento y registro de seguridad.
- Falsificación de solicitudes del lado del servidor (SSRF).
Principales riesgos que enfrentan las aplicaciones financieras
Garantizar la ciberseguridad es esencial en todo tipo de aplicaciones y en la industria financiera aún más. Las aplicaciones financieras contienen información personal de los usuarios de alta relevancia y su vulneración puede significar la pérdida de mucho dinero para usuario y proveedor. Además, en el caso del proveedor de la app, una falla en su seguridad genera un impacto negativo directo en su imagen y reputación.
En este contexto, la confianza es un pilar esencial de las fintech y su consolidación se traduce en una gran ventaja competitiva.
Muchos son los riesgos que este tipo de apps enfrentan: piratería online, blanqueo de capitales, integridad de los datos, entre otros.
Estas son las amenazas más frecuentes que enfrentan las aplicaciones financieras:
- Robo de datos: la información personal de los clientes se roba para venderla al mejor postor. Luego, con esos datos, los delincuentes suplantan la identidad de una persona.
- Robo de identidad: a partir del robo datos, los delincuentes solicitan préstamos bancarios y/o o tarjetas de crédito a nombre de un usuario.
- Ingeniería social y phishing: la ingeniería social manipula a las personas para que entreguen voluntariamente su información privada. En esa línea, el phishing forma parte de las tácticas de manipulación, engañando al usuario para que haga clic en un enlace falso – que recibe por correo electrónico u otro medio – y que lo lleva a una supuesta página segura que le solicita el ingreso de sus datos personales.
- Malware bancario: es el caso de las ventanas de suplantación de identidad, cuyo objetivo es superponer aplicaciones bancarias para robar las credenciales de los clientes de banca móvil. También suele utilizarse para superponer otras aplicaciones y robar los datos de tarjetas de crédito o números entrantes de autenticación de transacciones móviles (mTans) e, incluso, redirigir llamadas.
- Ransomware: tiene la capacidad de bloquear un dispositivo e imponer su solicitud de pago en todas las ventanas (incluidas las del sistema) para luego exigir dinero a cambio de desbloquear el dispositivo.
¿Cómo mejorar la seguridad de una aplicación?
Existen diferentes acciones que se pueden llevar a cabo mejorar la seguridad de una aplicación.
Por ello, para prevenir al máximo las amenazas de una aplicación móvil, estas son las medidas que deben tomarse:
- Anticiparse a las amenazas: la mejor manera de prevenir es ponerse en la mente del ciberdelincuente para entender cuál es su objetivo y mediante qué táctica tratará de lograrlo. Con esto como premisa, se deberán buscar las medidas de protección más eficaces.
- Contar con un plan de acción contra el ransomware: tener un plan que indique qué pasos seguir y cómo accionar en caso de que la app sufra este tipo de ataque.
- Examinar la estructura de gestión de reparaciones: es importante asegurarse de contar con una infraestructura robusta para fortalecer el sistema de detección y que sea capaz de identificar y detener los intentos de explotación automatizada.
- Tener un equipo de respuesta a incidentes: propio o tercerizado, el objetivo es dar una respuesta rápida y eficaz ante incidentes que afecten la seguridad.
- Ejecutar la autenticación multifactor (MFA): al añadir capas de protección de cuentas, la seguridad aumenta.
- Mantener la seguridad del código: implementar medidas que garanticen que el código de la app está seguro frente a posibles amenazas.
- Poner foco en la protección del código del usuario: establecer un número máximo de intentos de ingreso del código de usuario luego de los cuales, si falla, la aplicación se desloguea e, incluso, puede bloquearse.
- Utilizar técnicas de cifrado efectivas: los datos sensibles deben encriptarse con técnicas que aseguren su efectividad y protección.
- Actualización y evaluación continua de la aplicación: realizar actualizaciones y testeos permanentes es una forma efectiva de prevención ya que mantienen la app protegida de las nuevas posibilidades de ciberataque.
- Implementar tecnología de detección de hackeo: incorporar algoritmos que envíen una notificación cuando se produzcan intentos de descifrar el código. Incluso, puede bloquear la app cuando el código se altere ilegalmente.
- Tener copias de seguridad offline testeadas: las copias de respaldo deben estar previamente probadas ya que es la única forma de garantizar que realmente servirán en condiciones reales.
Para que una app tenga éxito a largo plazo, garantizar sus niveles de seguridad es imprescindible. Por ello, invertir en la seguridad de las aplicaciones móviles no debería ser tema de debate, sino darlo por hecho.
Crear aplicaciones seguras a todo nivel depende de ello y es esta, a su vez, una forma concreta de proteger la reputación corporativa y evitar pérdidas financieras futuras.
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